La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Hace un año

Hace un año ardía en mi cabeza un deseo:
la reconversión de las energías vitales,
reinventarme sin perder mi esencia,
mirarme al espejo, de nuevo, sentirme, valorarme.
Y ahora que obligan a reflexionar
me observo frente a ese mismo espejo con una sonrisa.
El año pasado fue un gran año
lleno de aprendizajes,
gracias a los cuales he crecido.
No me arrepiento de los pasos que he ido dando y menos aún de los que me quedan por dar.
¡Soltar lastre y volar!
Más ligera, con menos miedos y con las alas cada vez más lindas y amplias.
La katarsis no pudo conmigo, supe sacarle partido para volver a reinventarme la felicidad.

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