La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Desmontándome

Un corazón maltratado
entre la jauría de gente
que consume la vida.

Un mirada aparcada
por defeder ser corriente,
sin maldecir,
sin asumir
que en tu piel manoseada
algo huele a podrido.

Un cuerpo enjaulado
entre cuerpo decentes
que ensucian la avenida.

No hay comentarios: