Fui quimeras contigo y sueños, ahora desgastados que ya no recuerdan la felicidad de antaño.
Fuimos eternos en noches, hoy perdidas en la memoria y escondidas en nuestras manos.
El valor no sólo hay que quererlo, hay que tenerlo.
Contigo es díficil acostumbrarse a nada, pero morir sucede al mismo tiempo que tu mano se suelta de la mía.
No somos el viento que mueve las hojas, ya no, perdimos energía, perdimos movimiento.
Vamos a olvidarnos de nuestros nombres, de los días perecederos y a inventarnos cuerpos nuevos. Yo estoy harta de vivir a la deriva, de esperar una llamada y una palabra de consuelo. Tú no estás, nunca estuviste.
Cerré puertas menos dolorosas, ésta parece resistirse mas no por eso me niego a poder hacerlo. Lo lograré aunque duela, aunque a veces tú sin sentido toques en ella.
No somos ya nada, ni besos lejanos ni abrazos inacabados.
Dale la vuelta a lo que quieras, atorméntate con miles de pensamientos. Yo me niego a perder más el tiempo contigo y tus miedos. No te voy a esperar para emprender el vuelo.
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