La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Cuéntame un cuento

Hoy he tenido un día fantástico con una de mis niñas.

Comencé a contarle un cuento:
- Había una vez una niña llamada Caperucita azul.

- ¿Azul?, Yo me sé uno que empieza igual pero era roja.

- Espera, Sara. Caperucita azul tenía un papá que hacía unas galletas estupendas. Y el papá le dijo que le llevara a su tía Rosa las estupendas porque la tía de la niña tenía la pierna escayolada.

Sara me está mirando con unos ojos enormes.

- Rebeca, yo me sé otro.

Y se lanza a contartme el que se sabe ella, que ya hemos comprendido todos como se desarrolla el suyo.

¡Me ha contado un cuento maravilloso! Y yo mientras sólo he escuchado.

1 comentario:

ro dijo...

Te empecé a leer hace un ratito. Por lo visto compartimos también la pasión por la enseñanza. ¡Cómo aprendemos de los "aprendientes"! Solo hay que provocar su participación...Saludos