La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Amores perros

Era nuestro quinto aniversario. Preparé tu desayuno como todas las mañanas. Nuestro paseo por la sierra había sido provechoso. El acónito decoraba la mesa del salón desde el sábado. Dos cucharadas de aconitina en tu café. Te quejaste de que estaba algo frío, así que lo templé en el microondas. Te lo bebiste. Comenzaron los vértigos y los calambres. Yo fui al baño a limpiarme los puntos de sutura que tenía en la ceja, parece que el vestido que compré para la boda te desagradó enormemente. Me vestí, tenía que comprar el bolso y los zapatos.

No hay comentarios: