Dime qué hago aquí esperando que muevas un sólo músculo de tu alma que denote algo de cariño, de apoyo y de compromiso.
Soy inerte para tus sentidos: inolora, insípida e invisible. No te llegan mis gritos de auxilio o, quizás, no deseas responder a ellos.
¿Qué hago aquí? Marchitarme y diluirme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario