Soy un fracaso.
Vestida de luto.
Una oración.
Una despedida.
El estómago, siempre mi estómago poniéndome en evidencia. Querer avanzar y quedarse anclada a un dolor que no me favorece. Saber de la desilusión más de lo necesario a mi edad, saber de la desesperanza más de lo que mis huesos aguantan.
Saber de mí, de ti y de nuestras formas de perdernos.
Dejarse la vida en rescatar la alegría para que, en cuanto asoma la primera sonrisa, vuelva a aplastarla.
Pensé que ya había pagado mis deudas con la justicia.
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