La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

sueños instantáneos y pasajeros

El mundo parece distinto y, sin embargo, sé que es el mismo, sólo que hoy me ha hecho sonreír.
Al menos hoy me llegó una melodía preciosa a mis oídos con la que baile hasta caer rendida.
Hoy abrí los brazos y sentí cierta seguridad perdida, me miré en el espejo y creo que me gusté (con mis arrugas y mis canas).
Volví a ser, a sentir, a vibrar y a emicionarme.


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