La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Te pertenecen...

El deseo que me estalla en la boca,
las ganas de enredarme contigo,
la sonrisa con sólo pensarte,
los vello erizados si me tocas.
Mil secretos que te narraré cerquita,
mientras no nos explicamos nada.
Voy a meter el corazón en hielo un rato...

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