La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

La noche

No imagines que estamos tú y yo decorándonos el cuerpo con chocolate,
ven y hagámoslo.
Tenemos todo el tiempo para nosotros, para la vida y para el deleite.
El miedo no merece la pena sentirlo, debilita las fuerzas e incomoda al amor.
No sabemos ni tenemos certeza alguna, pero nos sobra energía y pasión para hacer de esta historia de amor, mientras dura, algo increible.
Acompáñame, vas a sentir el viento azotando tu cuerpo y la lluvia mojándote el pecho.
Vas a vivir conmigo y quizás algún día tengamos que despedirnos con dos besos en las mejillas y lágrimas en los ojos pero, mientras, métete en la cama que aún no ha amanecido y tenemos batallas que jugar.

No hay comentarios: