La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Instrucciones I

Abrázame y hazme sentir que estás a mi lado, cogiéndome la mano para que no sienta tambalear el suelo.
Acaricia mis miedos y con la magia de tus palabras conviértelos en sueños, que me hagan dormir tranquila y que me devuelvan al descanso.
Escúchame, aún cuando no encuentre el modo de decirte lo que me pasa, que te baste mirarme para saber que es el momento de besar mis labios y calmar la tormenta.

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