La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Lo bueno, lo rebueno se queda con nosotros

Pasamos tiempo buscándonos sin saberlo,
creyendo que el reloj marchaba en nuestra contra.
Viviendo con el corazón a medias y los sueños rasgados.
La madrugada nos regaló un beso apasionado y un abrazo cálido,
abrazo que emocionó todo mi cuerpo
e hizo ecos de alegría en mis entrañas.
Llegó la primavera cargada de risas estruendosas y caricias derramadas,
que rompían mi alma en versos.
Conquisté tu cama y teñí con mi cabello tus sábanas, tu piel y tu vello.
Avanzamos por el camino de la pasión,
tomados de la mano,
arrimando nuestros pechos.
Pretendo que mis labios alcancen la meta,
esa meta que descansa en tu cuello y en tu espalda.
No quiero dejar de olerte al acostarme y acunar mis sueños con tu fragancia.

No hay comentarios: