La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Verdaderamente

Salvémonos,
de palabras ácidas,
que no acercan nuestras posturas,
de miradas frías,
que congelan mis besos.

No sirve de nada remover el pasado,
sólo provoca rasguños en mi pecho y en tu espalda.
El pasado no va a salvarnos de nada,
únicamente nos pondrá al borde del precipicio.

Tenemos el presente
para degustarlo
para untar toda nuestra piel con él.

No tenemos el futuro porque no existe,
desaparece conforme está llegando.
¡Me importa un bledo!
Lo que venga,
lo que ocurra.
Sólo me importa lo que siento.

1 comentario:

Rafael García Librán dijo...

ánimo!! pensamientos positivos... F de futuro.... jajaja