La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Responsabilidades (porque hacerlo es todo un arte)

Grito a la vida tumbada en tu cama,
cubierta de sudor y con la boca seca.
Escucho tus deseos,
con atención,
con inteción,
y me esfuerzo por cumplir de forma exacta cada uno de ellos.
Mi pecho despierta cuando me besas
y me comtemplas excitada,
consciente de que todavía queda lo mejor.
Tiempo de tocamientos impuros,
besos libidinosos
y sexo, intenso sexo.

No hay comentarios: