La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Lo cotidiano y lo bello

Volver a Madrid y despertarse con el sol entrando por la persiana y ese dulce beso que alojas en mi boca.
Regresar a esta ciudad que hay que entender, perderse por sus calles y encontrarme con tu mano que me engancha a la vida.
Trabajar, almorzar contigo, comerte, saborearte y desperdigar por tu cuerpo mis pasiones y mis recuerdos.
Reirme a todas horas, sonreirte, mirarte y sonrojarme.
Escucharte y sentir que estoy viva.
Dormirme con tu desnudo,
contenerme,
respirar
y soñar.
Estar agradecida.
Ser contigo.

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