La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Japón I

Ismael disfrutando de unos fantásticos soba con pato.
Yo comí mismo pero no recuerdo si mi cara
era tan divertida como la suya. ¡Guapo!
Hiroshima: el silencio.

Así sí nos dejaban entrar en un templo,
donde nos explicaron todo es un perfecto japonés.





Kyoto, para mí una ciudad muy especial.





No hay comentarios: