La punta de mi lengua: no soy docil, no lo quiero
La punta de mi lengua
Lo dejé marchar y no me arrastró.
Osaka: vistas desde la noria.
Entre los alpes japoneses llovía y nos mojábamos
Historias minúsculas
Tokyo: sus contrastes
Comidas sanas, portátiles y sabrosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario