A veces siento que la vida que estoy disfrutando no me corresponde.
No me cabe tanta dicha en mi pequeño cuerpo.
Ando entre idas y venidas con una mochila a cuestas.
A la vez, preparo otra para un viaje que pinta estupendo.
Me voy a Japón, con el mejor compañero que pude imaginar.
¡Quién me iba a decir a mí que en este tiempo iba a haber volado tanto!
No hablo de los kilómetros que he recorrido este año, que también, sino de los feliz que he sido con las gestan más minúsculas.
1 comentario:
Es curioso...
Llevo unos meses pensando que si la justicia cósmica existiese debía haberme caído un piano en la cabeza hace ya tiempo...
Menos mal que cada vez creo en menos cosas. Y más en otras
besos!
Publicar un comentario