La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Que... ¿Qué he hecho este fin de semana?

Parecía presentarse un fin de semana sin grandes pretensiones. Mi plan inicial consistía en ir al teatro. Muerte de un viajante, era el título elegido. No defraudó. Me parece una obra muy recomendable. Son más de dos horas con intermedio, que no se me hicieron aburridas ni pesadas. Reconozco que me removió bastante por dentro, pero no me importa, en parte, elijo ese tipo de espectáculos porque sé que me van a pinchar, sé que me van a obligar a pensar e irme a la cama con cierta amargura.
El sábado iba a ser un día normal, sin embargo, un lindo mago lo convirtió en una deliciosa jornada. Tomamos rumbo a Zaragoza, sin que yo supiera realmente a donde me llevaban. La pocina consistía en ver a unos de mis cantantes favoritos: Enrique Bunbury. Reconozco que inicialmente no me lo tome muy bien, no soy experta aceptando regalos ni sorpresas y menos cuando no tienen por que hacérmelas. El caso es que cuando dejé de hacer el estúpido, sonreí y disfruté como una enana de la aventura. Aventura sin duda porque íbamos a loco, sin alojamiento y sin nada. Menos mal que cuando me junto con mi compinche la suerte siempre nos acompaña.
Salió un día precioso.

1 comentario:

David dijo...

Me alegro de que al final te lo pasaras bien.