La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Un domingo muy interesante

Hoy tenía por delante un día especial. Digamos que me iban a dar una sorpresa y estaba un poco nerviosa porque no tenía ni idea de qué era.
Pues, al final, era que me regalaban un salto en caída libre con instructor desde 4.000 metros de altura.
Lo he disfrutado como una enana y la experiencia ha sido muy agradable, vamos para repetir próximamente. ¡Merece la pena, sin duda!
La sorpresa me ha encantado.
¡Gracias!

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