La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Estaré a tu espalda

Hoy le dedico la anotación a este lindo chico que me apunta con el cañón, balas de besos y tiroteos de abrazos. Hoy te presto esa frase mía: es más grande la fuerza de mis sueños que el miedo que tengo.
Hoy estoy a tu lado y mañana, si miras atentamente, seguiré estándolo para que afrontes este nuevo reto con toda la ilusión y la confianza del mundo.
Porque si tú quieres no hay duda de que lo vas a saber gestionar y acabarás conquistando esta cima. Querer es poder.
Hoy me siento tan orgullosa de ti como ayer, porque lo que siento hacia ti no depende de donde estás sino a donde quieres llegar (evidentemente no hablo del terreno laboral).
Porque si vendieras pajaritas en el retiro seguirías siendo el chico con el que quiero compartir mi felicidad las mañana en las que derramo el café en su mesa del salón.
Porque tienes un corazón enorme que apoya al mío a ser más fuerte, más comprometido y más bondadoso, por tus valores, tus principios, tu coherencia, por saber cuidar de la gente que te rodea y te quiere. Por eso se me llena el corazón.

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