La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

¡Alfileres!

Mordiscos de felicidad
y una bufanda de abrazos para luchar
contra el frío, contras los horarios
¡funestos horarios!
¡dolores diarios!
que mi alma comprimen
y mis sueños oprimen.


Para que ti que me apoyas cuando las lágrimas no me dejan ver las estrellas.

No hay comentarios: