La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Pongamos un nombre a lo nuestro: hasta luego

Por eso mi amor no estés triste si ahora cierro la puerta,
si te dejo un mensaje de humo antes de echar a volar.
La kermés.

Hay despedidas,
amargas despedidas,
necesarias despedidas.
Hasta pronto compañero, hasta siempre maestro.
Ya sabes que sólo tienes que hacer sonar tu cascabel,
si me vuelves a necesitar.
Era obvio que iba a ir saliendo gente de mi vida. Reconozco que algunas despedidas ni me duelen ni me importan, otras me marcarán eternamente, me sentiré un poco ciega, un poco sorda y un poco muda.

No hay comentarios: