La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Sin maniobras de escapismo

Si no hubiera rastro de tus manos en mi cuerpo,
no podría soñar y cocinar volteretas en mi cabeza.
Si no tuviera el pespuste de tus labios recorriendo mi pecho,
impaciente e inexperto,
no alcanzaría a imaginar ganar la batalla a la aspereza.

Palabras susurradas apostando a que me duerma,
mi sueño que se niega si la sábana tiembla.
Movimientos rebeldes combatiendo el miedo
a que tu piel sienta el frío de mis pies,
a que tu boca se paralice ante ni niebla.


- Decían de mí que no se sabía cuando llegaba y cuando me iba,
que estaba y de repente me deshacía entre sus manos.
Era decepcionante, desesperante.
Ahora he llegado y no pienso irme hasta que me echen-.

2 comentarios:

isuntza dijo...

Eres para el niño triste tb, ese pensamiento, esa niebla que se deshace entre sus manos A veces estás y te etxa de menos A veces no estás y tb te etxa de menos

Y, así, sin comerlo ni beberlo, eres sinómino de inteligencia y de cariño De sabiduría y de revolución Eres el encuentro entre dos personas que sin haberse conocido nunca, se miran como si fueran viejos amigos, como sabiendo que podrían compartir historias y sueños con esa simple mirada Eres un encanto y tu página, ya hace tiempo, uno de esos pocos lugares, donde la mente del niño triste encuentra descanso y refugio Uno de esos pocos lugares donde disfruta y donde no le importa que pase el tiempo

Ojalá podamos coincidir algun día, wapisima De verdad Cuidate mucho y hasta pronto...

la punta de mi lengua dijo...

Esto consigue sacarme los colores, vamos sería extraterrestre si no me emociono con estas palabras.
Gracias, de todo corazón por esa complicidad a pesar de la distancia.
Muxus.