La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Mágicos buenos días!


Dicen que la magia se sirve en cajas de grandes dimensiones, con lazos de colores llamativos y envoltorios relucientes.

Dicen que la magia hay que anunciarla, proclamarla para que nadie se quede sin saber de su existencia.

Yo estoy experimentando la mágica sencillez de levantarme con miradas comprensivas y prometedoras. Estoy viviendo, sin que el miedo se entrelace con mis sueños, los milagros cotidianos de acostarme y despertarme con el sentimiento de que la felicidad reside en una guerra de agua o en un café recién hecho.

La magia de saber que no nos necesitamos sino que deseamos estar juntos, que no tenemos que presentar al otro garantías de buena voluntad (porque la buena voluntad se sobreentiende), que no nos exigimos luchar contra los miedos del de enfrente y ni siquiera esperamos actos heroicos que demuestren ademanes superfluos.


1 comentario:

isuntza dijo...

De las mejores definiciones que he leido nunca de la magia No sé en quien se recrean tus pensamientos pero es más que afortunado si sabe apreciarlo y comprenderlo Ojalá fuera el niño triste

Tenemos una revolución pendiente, que no se te olvide Aunque sea entre cervezas De esas miradas, de esas palabras suelen surgir algunos de los mejores motivos posibles para ser feliz

Cuidate, miRevolucionaria
Mile muxu zeutzako politte