La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

La verdad...

La verdad es que no sé si quiero parar,
la verdad es que no sé si puedo parar.
La verdad es que no sé donde quiero estar,
la verdad es que no sé hacia donde quiero volar.
La verdad es que no sé si sabré caminar,
la verdad es que no sé si sabré encontrar.
La verdad es que aquí expulsaba esos sapos y culebras que a veces me corropen por dentro.
La verdad es que por mucho que lo niego algo de miedo sí siento.
La verdad es que hoy he sentido de nuevo muchas ganas de escapar,
de todo,
de mí,
de mis obligaciones,
de mis realidades,
de mis sensaciones,
de mis flaquezas,
de mis devociones,
de mí.
La verdad es que en el fondo soy una cobarde.
La verdad es que no sé si todo esto que me cuento es mentira.

Hoy me siento con un lastre enorme dentro del cuerpo, un lastre tira de mí con mucha fuerza. Menos mal, que como decía un buen amigo mío, sé que durmiendo mañana todo se verá de otros color.

Lo siento, siento haber sido hoy una molestía más que un apoyo,
siento haberme dejado las sonrisas olvidades al lado de la mesa de trabajo
y haberme cargados de gestos melancólicos y caramelos sin sabores.

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