La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Como tú desees

Visitar todas la noches tu mirada
y provocarle ojeras,
sin cansancio y con quimeras,
concebidas por la pasión de cada bocanada
de aire salvaje y de pasión
que pasean por mi corazón.

Desperta el día
con tu mano sobre la mía,
menospreciando a los que viven cual muertos,
olvidando a los que dicen ser cuerdos.
Navegar y reposar el mar sobre el lienzo
que dibuja tu cuerpo si yo lo enciendo.

No hay comentarios: