La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Antes

Mi cuerpo, antes, un conjunto de músculo atrofiados.
Mi piel lija, que a lo que rozaba arañaba para hacerlo sangrar.
Labios que no besaban, egoístamente sólo sabían asolar
corazones de hojalata, corazones deshabitados.

No hay comentarios: