La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Moribundo

Pero tú nada quieras,
porque tus labios no lo alcanzarán,
nunca.
Aprende a conformarte,
a observar la felicidad desde al orilla,
a pudrirte ante las fechas marcadas.
Nunca hallarás la paz.

No hay comentarios: