La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

O.D. 0086/1998

Mil lunas, mil noches, mil anhelos.
Te echo de menos encolerizadamente.
Me dueles cotidianamente.
El cerebelo agazapado para no recordar.
Los tímpanos desaprendiendo a escuchar.
La boca malgastándose en cuerpos que no saben vibrar.
Las cuerdas vocales me estrangulan el alma a golpes de tangos y fados mal entonados.

El lóbulo
temporal
lleva
meses
reduciendo
su capacidad

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