La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Dolorcitos

Pasar por debajo de unos andamios, cruzar con el semáforo en rojo.
Gestos de supervivencia cotidianos.

Y luego soy tan vulnerable y débil que me hundo cuando veo que hay personas feas y malas que no les interesa que las cosas vayan bien.

Si no se puede dar una relación cordial con las vecinas,
¿Cómo se van a arreglar problemas mucho más graves?

¿Estamos tan locos?
¡Qué impotencia cuando descubro como le gusta funcionar a la gente con tanta maldad!
Creo...
que nunca encontraré mi huequito en este mundo.

No hay comentarios: