La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Buenos días

Eran las dos de la mañana cuando me iba a la cama. Las vecinas de al lado tenían fiesta, como era sábado por la noche no quise quejarme porque era comprensible. A las tres se fueron de marcha y yo por fin pude dormir.
A las seis y media de la mañana han vuelto de la calle, todos y con ellos todo el ruido y el "sing star" que han decido montar a esa hora.
Educadamente y como ellos me dijeron, di unos cuentos golpes a la pared a ver si podían hacer algo para que los demás pudiéramos dormir. Como tenían el volumen tan alto no oyeron nada por lo que me levanté y educadamente sugerí a ver si podían estar más tranquilos.
No logré nada más que me insultaran. Desde mi cuarto se oye todo. Así que ha sido encantador oir como me insultan por pedir un poco de tranquilidad para poder dormir un domingo.
Dado que la cosa estaba un poco complicada decidí mandar una nota a ver si así conseguía algo pero no. Se superaron con las faltas de respeto.
Son las 9 de la mañana, nada ha cambiado.
Sólo que yo estoy un poco más desesperada y con más sueño.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

uuuuufff...vaya forma de empezar un domingo...

se que es una medida poco popular, pero cuando se ha gastado la carta de la educacion, solo puedes recurrir a los agentes del orden...



buena siesta ;)

Rafael García Librán dijo...

o a unos matones...

la punta de mi lengua dijo...

Ni matones ni policía. Decidí la vía pacífica. Me desenamoré de la humanidad una vez más. Esas cosas pasan y por la forma de ser que tengo tendré algún desencanto más. Pero bueno...
De momento me exilié a casa de mis padres al menos para estar tranquila y feliz.
Soy un poco tonta ante situaciones violentas.

Anónimo dijo...

me mola la opcion de los matones...




rollito pelicula de gangsters. EN blanco y negro si si.