La punta de mi lengua: no soy docil, no lo quiero
La punta de mi lengua
Lo dejé marchar y no me arrastró.
Tod
Cuídate de las palabras,
de las que tienen dientes afilados,
en especial;
de las que lloran
lágrimas de cianuro,
en particular.
¡Y cállate, cállate y no escuches!
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