La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Para perderse en prendas anónimas

Hoy no hay obligaciones ni sitios a los que ir,
esta mañana el mundo no sabe de nuestra existencia.
No necesita que le cojamos el teléfono
ni que le hagamos café.

Podemos irnos juntos tú y yo,
escapar de estas calles,
enmarañadas y caóticas
donde nos perdemos y
nos emborrachamos de rabia.

No hay comentarios: