La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Momentos

Hazle el amor, como si nadie os viese. Te dijo tu amiga, tras pedirle consejo. Olvidó que toda la sociedad te observaba porque no está bien visto que una bella dama comparta sus momentos íntimos con un prisionero.

Y así te dejaste perder, junto a cu cuerpo y sus fantasmas. Cegada por todos los miedos que nublaban los sueños de aquel hombre maduro y atormentado. Combatiendo cada uno de los obstáculos que os ponían por delante y trabajando por edificar tu alma en sus costillas. Y tu familia, se apartó de todo lo que conllevaba su presencia.

Y se quedó ciego.
Y se suicidó.

Y ahora tú estás sola.

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