La punta de mi lengua: no soy docil, no lo quiero
La punta de mi lengua
Lo dejé marchar y no me arrastró.
Refranes reinterpretados
A quien buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.
Y ella permaneció eternamente debajo de aquel sauce precioso y elegante.
Se pasó la vida allí, quieta, sin nada que hacer.
Murió de pena y de soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario