La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Ya no me acuerdo de...

La primera vez que me tocaste la espalda mientras Le punk me emborrachaba con palabras.
La primera vez que me deslumbraste con tu desnudo y la placidez que discurría entre tus muslos.
La primera vez que dormí a tu lado, velándote toda la noche por si al despertarme ocurría que todo hubiera sido un sueño.
La primera vez que paseé desnuda ante ti, sin complejo, sin pudores, celebrando mi cuerpo.
La lejana ocasión en la que al salir de ver a la CND me llamaste desanimado, corrí a tu encuentro y sólo me pediste que te abrazara fuerte.
El primer beso...
El primer baile...
El primer desayuno...
El primer partido...
Todo esos momento de felicidad absoluta quedaron desterrados de mi cabeza. No hace falta escapar para darse cuenta de las barbaridad que ha cometido mi memoria.

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