La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Obligatoriamente me exilio de mis sueños

He vivido un año intensamente.
Un año que quiero borrar.

Me obligo al exilio porque quiero dejar de mirar atrás y ver tu sonrisa.
Cuando sonríes eres como un sol de esos enormes que dibujan los niños, con miles de rayos por todos los lados, de esos que colorean de amarillo casi hasta romper el papel.

Rafa...
eres un sol.

No te odio, de hecho te quiero demasiado.

Hago lo no quiero hacer, lo que mi cuerpo me grita que no haga.
Pero compañeros, hemos perdido el rumbo y ahora toca naufragar.

No hay comentarios: