La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Hábitos sanos, muy sanos.

Costumbres de cuando era feliz:

  • Comprar gominolas y debatir sobre si las cubiertas de azúcar deberían ir en la misma bolsa o no que las que no tienen azúcar.
  • Entrar en una tienda y probranos esa ropa que nunca nos compraríamos haciendo que nos disfrazábamos.
  • Discutir acerca de la pasiva refleja, curioso y pasional debate y otras futuras evoluciones del lenguaje.
  • Fútbol, fútbol y baloncesto.
  • Jugar al trivial, a nuestro modo claro.
  • Perder el tiempo en la cama, charlando, cuidándonos, amándonos.
  • Subirnos la bragueta.

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