Viene un viento horrible, ese que te obliga a cerrar los ojos porque la arena se incrusta en la retina y te hiere. Imposible percibir nada, imposible descubrir nada. Perdiendo el equilibrio.
Viene una tormenta terrible, con truenos que me obligarán a acurrucarme y a taparme los oídos del miedo que siento. Sin refugio posible.
Viene una lluvia polar, gélida, que me hará empaparme, frenarme y enfermar. Medicinas perdidas.
Así pasaremos el otoño y el invierno pero espero que mi sol vuelva a calentarme.
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