La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Tinta negra

Viajes que nunca realizamos, ni siquiera atrevimos a imaginar.
Locuras que no supimos compartir, ahogadas en silencios y peleas.
Desayunos que arruinamos: de primero reproches y para acabar gritos.
Tú no querías que me fuera y yo era sólo un cuerpo que moría a tu lado.

No hay comentarios: