La punta de mi lengua: no soy docil, no lo quiero
La punta de mi lengua
Lo dejé marchar y no me arrastró.
Gracias
Eres el hombre de mi vida, de todos mis días, de mis alegrías y de mis inquietudes.
A tu lado, contigo, he logrado crecer y superar los obstáculos que me ha puesto la vida para ser más fuerte y más feliz.
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