La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Sintiendo

Me encontré tus ojos
en mi pecho
y lancé un gemido,
de placer, de profundo placer.
Localicé tus manos
dibujando cabriolas 
en mis piernas,
ascendiendo,
sin miedo y sin mesura.
Mi cuerpo evocando tu deseo,
mi deseo evocado por tu cuerpo,
y ... el sudor
y ... la pasión
encadenándonos a una habitación
en la que faltabael tiempo.

No hay comentarios: