La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Todavía no te percataste de mi ausencia

Me levanté contenta, con las energías renovadas y deseosa de arreglar alguna de las grietas que habían salido en la pared de nuestro dormitorio.Nunca he tenido muchos conocimientos de albañilería, aunque de pequeña he visto a mis padres hacer mucho hormigón y poner algún que otro ladrillo. Además, ahora está google que todo lo sabe.
Antes de empezar con la tarea de restauración propiamente dicha, me acerqué a la ferretería y a la tienda de materiales de construcción para disponer de lo que necesitaba.
Volví a casa, practiqué un poco con la llana y el nivel y ... ¡Todo preparado!
Le di el primer golpecito a la pared para conocer en qué parte estaba la avería y justo en ese momento toda ella cayó sobre mí, sepultándome por completo.
Aún sigo aquí, bajo toneladas de ladrillos y hormigón, esperando que te des cuenta que falto en la cama y que vengas a rescatarme porque yo sola no me puedo liberar.

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