La punta de mi lengua: no soy docil, no lo quiero
La punta de mi lengua
Lo dejé marchar y no me arrastró.
Necesidades
Me sonrío al descubrir tu guiño,
en la distancia que nos separa,
en ese océano de gente que no nos comprende.
Tú y yo
creyéndonos infinitos
(o queriéndonos infinito).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario