La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Reconocer errores y saborearlos

Antes parecía que el tiempo me negaba la calma y los sueños,
siempre pequeñas heridas, dormir con miedo y llorar por dentro.
Antes fui un ocupa en muchos corazones, sin un hueco, sin un espacio.
Ahora sé que tengo un corazón entero para habitarlo, para compartirlo contigo.
¡Díganme que soy idiota, pero una idiota enamorada!

No hay comentarios: