La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Misterios

Barcelona, mayo del 2007. Un escritor callejero me escribe una dedicatoria:
Rebeca y la posesión para soltar.
Algunos días no hago más que darle vueltas a esta frase.

1 comentario:

Anónimo dijo...

recuerdo aquel momento...


ya sabes, feliz viaje