La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Atrapada

Estoy durmiendo con un nudo en la garganta. Lo noto tanto que duele y, en ocasiones, incluso llega a cortarme la respiración. Me acuesto con ganas de llorar y me levanto con el mismo sentimiento.
No sé como hacer para alejar esa pesada sensación de mi estómago y de mi cabeza.
Allá donde voy me estrangula, me aprieta y me paraliza. Taladra mi cabeza de un forma tan dolorosa que se me hace imposible centrarme en otra actividad. Vuelvo a llorar, aunque sin que salga una sola lágrima, porque estoy acompañada y no quiero que sufran conmigo, porque no lo entienden.

No hay comentarios: