La punta de mi lengua

Lo dejé marchar y no me arrastró.

Morirse en Bilbao

Este fin de semana no me busquen por Madrid, parece que por fin todo cuadra para que pueda escaparme a aquella ciudad que me enamoró hace ya muchos años: Bilbao. Llevo varios meses inquieta con la idea en la cabeza, pero parecía que no había modo, siempre surgía algo, siempre algún inconveniente.
Dejó en Madrid mis sueños y mis anhelos, mis mejores besos y mis más tiernos abrazos. ¡Cuiden de ellos!

No hay comentarios: