Paso de puntillas frente a ti, no me hueles, no me sientes, no te duele.
La culpa es mía por no poner las cartas boca arriba,
así sabrías cuál es mi apuesta y qué jugada expongo ante tus besos.
Terremotos del inconsciente y una jaqueca que me espera en el umbral de mi casa.
Moretones de pensar,
heridas de callar.
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